10/30/2016

Onceavo Mandamiento (soneto)


En los Jardines del Chandor reposan
las almas de los justos pecadores,
profanos, que entregaron sus amores
a falsos cuerpos que en su mente endiosan.

Divagan en recuerdos que no gozan,
rociando con sus lágrimas las flores,
y de momento callan sus dolores
y en otros tantos gritan y retozan.

Jardines del Chandor: un monumento
que aguarda por las almas que han amado;
sin detenerse en el porqué y el quién.

Dios cobra por violar su mandamiento,
castiga con la muerte aquel pecado
y troca por chandores el Edén.


Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
Copyright ©/Todos los derechos reservados






OBSERVACIONES:
Este soneto basa en un mandamiento inexistente, ficticio, apócrifo, que va en contra de los principios doctrinarios de la fe cristiana y que por tal no forma parte de la posición religiosa del autor ni pretende herir susceptibilidades de quienes como yo profesan la fe de Dios y sus mandamientos universales. Tomo para mí la válida libertad que me asiste de expresar ideas de cualquier tema, forma o tipo, bajo la norma del respeto a los demás y la posibilidad que le asiste a estos de compartir o no mis opiniones.

Festival de poetas en el cielo



A la memoria inmortal
de nuestros poetas hispanos fallecidos,
!Dios los tenga en su gloria!
El cielo en algarabía
abre paso al festival,
e inician el recital
dos seres de antología,

mas cometen la imprudencia,
no hacen su presentación,
y Trigueros de León
interviene con decencia:

¡Discúlpenme por favor,
faltó que se presentara,
la Guitarra es Víctor Jara
y Eusebio el declamador!,

¡recitarán las canciones
del romancero chileno!
dice Neruda: ¡Bien bueno¡
y estallan las emociones.

Tras aplausos garladores
le toca el turno a Gabino,
el payador argentino
de las décimas de amores.

Saludan los colombianos
José Asunción y Escalona,
brindan con ron de vinola,
entre estrechones de manos.

Venezuela se destaca
al son de Andrés y Enriqueta,
joropo que al viento aprieta,
con arpa, cuatro y maraca.

Y así; entre abrazos fraternos
llega el verso más complejo,
recitan Granda y Vallejo
entre “los dados eternos”

Y Yolanda Bedregal
le obsequia a Jorge Carrera
de su Bolivia una estera
y de Ecuador un Turpial.

Benedetti y doña Pla,
(uruguayo y paraguaya)
comen dulce de papaya,
mientras hablan de hermandad.

Angelina ante la ausencia
de Rigoberto paredes,
le dice: ¡Ven, no te quedes,
recitemos “Penitencia”!

¡Yo vengo de Costa Rica!,
dice Acuña Zeledón,
mientras Mariano Lebrón
le abraza y le gratifica.

Llegan Pablo Antonio Cuadra,
Joaquín y Rubén Darío,
quieren declamar en trío
“Poemas a Nicaragua”

De México llegan más,
Sor Juana Inés y Alejandro,
nos complacen entonando
poemas de Octavio Paz.

¡Panamá viene a contar!,
(dice Hersilia con cariño)
¡un cuento para los niños
en voz del gran Escobar!

Muñoz Rivera entre tantos,
le abre paso a “Las Campanas”
y le dedica “Retamas”
a la isla de sus encantos.

¡Cierra Cuba porque sí!,
(grita Guillén de emoción)
declama: “El Negro Bembón”
y cede el puesto a Martí.

Dice Martí entre estribillos:
¡A todos ustedes quiero
porque soy hombre sincero
y escribo versos sencillos!,

¡Regresando de Mayorca
pasé por Fuente Vaqueros,
es un honor compañeros,
presentar a García Lorca!,

¡Y que no cierren el cielo
porque escucharlo provoca,
al festival se convoca,
nadie se ha muerto y no hay duelo!


Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
Copyright ©/Todos los derechos reservados






POETAS MENCIONADOS:

EL SALVADOR
Trigueros de León (Ricardo Trigueros de León)
CHILE
Víctor Jaja
Eusebio (Eusebio Lillo)
Neruda (Pablo Neruda)
ARGENTINA
Gabino (Gabino Ezeiza)
COLOMBIA
José Asunción (José Asunción Silva)
Escalona (Rafael Escalona)
VENEZUELA
Andrés (Andrés Eloy Blanco)
Enriqueta (Enriqueta Arvelo Larriva)
PERU
Granda (Chabuca Granda)
Vallejos (César Vallejos)
BOLIVIA
Yolanda Bedregal (Yolanda Bedregal de Cónitzer)
ECUADOR
Jorge Carrera (Jorge Carrera Andrade)
URUGUAY
Benedetti (Mario Benedetti)
PARAGUAY
Doña Pla (Josefina Pla)
GUATEMALA
Angelina (María Angelina Acuña)
HONDURAS
Rigoberto Paredes
COSTA RICA
Acuña Zeledón (José Basileo Acuña Zeledón)
REPUBLICA DOMINICANA
Mariano Lebrón (Mariano Lebrón Saviñón)
NICARAGUA
Pablo Antonio Cuadra
Joaquín (Joaquín Pasos)
Rubén Darío
MEXICO
Sor Juana Inés (Sor Juana Inés de la Cruz)
Alejandro (Alejandro Aura)
Octavio Paz
PANAMA
Hersilia (Hersilia Ramos de Argote)
Escobar (Federico Escobar)
PUERTO RICO
Muñoz Rivera (Luis Muñoz Rivera)
CUBA
Guillén (Nicolás Guillén)
Martí (El Apóstol José Martí)
ESPAÑA
García Lorca (Federico García Lorca)

10/24/2016

Alondra (soneto)


La noble alondra que vuela al nido,
surcando el aire soberbia y plena,
obra a favor de llevar la pena
que me depara el amor perdido.

Quizás alondra yo haya podido
vengar el daño empero me frena
rememorar que fue un alma buena,
su craso error fue haberme querido.

Mi fiel alondra surca los cielos,
que el sol ya vuelca en el horizonte,
cruza deprisa este cruel barbecho.

Antes que llegues a tus polluelos,
lanza mi pena hacia el piedemonte
y sin pesares torna a tu lecho.


Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
Copyright ©/Todos los derechos reservados





10/22/2016

Yo te quiero Simón, y te recuerdo.



Al Libertador








Yo te quiero Simón, y te recuerdo
desde la historia mágica de mi primer cuaderno,
en que dibujé tu rostro semejante a mi maestro,
con mi creyón de pobre, gastado por el tiempo,
en aquella escuelita de barrio
con aroma a pueblo.

Así te dibujé, con aroma de pueblo,
Te dibujé Simón con el creyón del tiempo,
en la escuelita de barrio,
en mi primer cuaderno.

Yo te quiero Simón, y te recuerdo.




Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
Copyright ©/Todos los derechos reservados


                                                                                                          

Dos tesoros (poema ingenuo)


Qué tesoros tan preciosos
me aguardan detrás del mar,
dos tesoros, muchas joyas,
joyas de oro infinito.
rubíes y coral.

Ya no aguanto el deseo de tenerlos,
de cubrirme con su brillo encantador,
de tomarlos de las manos
y decirles que en sus sueños
yo soy su padre sonriente,
su guardián y celador.

Qué tesoros tan preciosos,
uno es poema, otro es canción,
la canción es mi niñita,
hermosura de la vida,
el poema es mi orgullo de varón.

Qué tesoros tan preciosos
me aguardan detrás del mar,
dos tesoros, muchas joyas,
joyas de oro infinito,
rubíes y coral.


Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
Copyright ©/Todos los derechos reservados


10/21/2016

Avaricia (soneto)


Las flores de aquel ramo traicionero
que viste majestuoso su elegancia,
embriaga en rancio aroma y vil fragancia
a quien se entrega a cambio de dinero.

De aquel que lo obsequió tanto difiero
como quien lo recibe y su arrogancia,
por cuanto solo buscan por ganancia
la absurda compra - venta de un "te quiero"

Por tal, si queda expuesta la codicia,
(yo puedo deducir que es tolerada)
dos ganan, uno un cuerpo y otro un ramo.

Sin besos, sin caricias, sin "te amo"
no hay riesgo de perder siquiera nada
y mucho gana el ego y la avaricia.



Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
Copyright ©/Todos los derechos reservados





10/20/2016

V i v o


"Vive, alma,
a expensas de tu servidor"
William Shakespeare


Vivo del recuerdo,
del recuerdo vivo,
de un amor eterno,
de un amor perdido.

Vivo de las noches
que pasé contigo,
noches de pasión
hoy en el olvido.

Vivo de la muerte
que me ha perseguido,
del alma penando,
corazón partido.

Vivo en soledad,
en noches de frío,
en días de invierno,
consumido en vino.

Vivo de un instante
que parece un siglo,
lejos de tu amor,
con la vida en vilo.

Vivo la añoranza
de haberte querido,
seguirte queriendo
sin que estés conmigo.

Vivo del presente
sublime y divino,
de lo que heredaste,
que fueron mis hijos.

Vivo del recuerdo,
del recuerdo vivo,
de un amor eterno,
de un amor perdido.



Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
Copyright ©/Todos los derechos reservados


Frente al mar



                                                                                                       (DIARIO DE CUBA, 2004)



Rememorando entre llantos
mi pasado frente al mar,
de repente vi llegar
¡amores de mis encantos!

Eran mis hijos graciosos,
mis hijos hechos canción,
brotaron del corazón,
¡como frutos glamorosos!

preguntándome mi niña
que cuando iba a regresar,
no le pude contestar,
¡por su olor tan dulce a piña!

De seguido mi varón
preguntó con tono ameno
que si lo echaba de menos,
¡como al dulce del melón!

Ambos tomaron mis manos
preguntándome al oído,
¿por mi madre que haz sentido?,
¡huele a peras y bananos¡

Recuerdo que no llegaba,
lloré con mucho dolor,
su madre es todo mi amor,
¡dulce sabor de guayaba!

Guayabas, peras, bananos,
melón y piña madura,
sabores que en mí perduran,
¡dulzuras que tanto amo¡
                                                                                           


Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
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10/17/2016

Enfermo corazón ¿Qué hago contigo?


Enfermo corazón ¿Qué hago contigo?
estás en mi razón, ya no me excluyas,
las penas que pensaste solo tuyas,
compártelas, por Dios, también conmigo.

Mi aliento y tus latidos son testigo,
no entiendo corazón que ya no intuyas
que al palpitar silente me destruyas,
que tú eres lo que soy y soy tu amigo.

Un órgano vital, mi compañía,
que vives en mí ser, que me compensas,
eso eres corazón de mi tormento.

Te invito a platicar por un momento,
Explica por favor qué es lo que piensas,
quizás la pena tuya se haga mía.

¿Has muerto en mi dolor y a mis expensas?
Entiendo corazón… ¡Cuanto lo siento!



Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
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10/14/2016

Carta del adiós






Pasé, como han de pasar las aguas,
una gota en el caudal que te ha tocado vivir,
insignificante para el río inmenso de tus pasiones,
pero una gota viva que me agitó
desde lo profundo de tu fondo rocoso
hasta lo más alto de tu grandeza.

Allí, donde el aire choca tus aguas,
allí, donde nadie llegó,
allí pretendí llegar,
quizá lo logré, quizá no…
solo el tiempo dará la respuesta
cuando no sea parte de tu tiempo,
cuando el verano intenso haya hecho mella en tus aguas,
cuando el sol horade las orillas de tu cauce,
pero no aún, aún no,
ahora es invierno, el invierno de tu vida
y caen del cielo torrenciales gotas.

Quiera Dios que perdure tu tiempo,
quiera el tiempo que perdure tu invierno,
quiera el invierno que perduren tus aguas,
quiera Dios.

Me toca tomar la orilla del cauce
y ocultarme de las brasas del sol, disiparme,
bajo una roca perturbada por la brisa, disiparme,
entre hojarascas muertas que se hacen abono y alimento,
separado de la fuerza de tus corrientes impetuosas,
sin formar parte de ti, sin ti… sin mí,
a resguardo de la muerte, huyendo del sol del olvido
con la suficiente vida para amarte el resto de mi vida
para amarte infinita y eternamente
como te amé, como te amo… como te recuerdo,
como recuerdo cada momento cuando era de ti,
cuando me llevaste en tu caudal al fondo y al cielo,
cuando fui parte de ti, de tu fulgurante corriente de vida.
Recordarte como te recuerdo…
amarte como te amo.

No pretendo la muerte ni ansío su oscuridad,
empero, separado de tu cauce en algún momento llegará,
me descubrirá escondido entre la hojarasca
y tomará de mí la vida,
desgarrado de tus orillas me llevará,
pero el agua es energía
y la energía no se disipa, se transforma evaporada,
y arrastrado por la brisa de tus fuerzas
llegaré a las nubes que te cubren del sol
y aún por encima de ellas,
al lado de la estrellita solitaria
que tanto vimos, que tanto quisimos,
allí estaré,
junto al hijo de nuestro amor
y lejos de ti,
indefinidamente.

Ya es tarde y debo partir
largo trecho de soledad me espera
casi una eternidad,
y aun así, partiendo con la tristeza de perderte,
siento la alegría de saber que alguien me espera,
"la estrellita que nunca más estará sola",
¡el hijo de nuestro amor!

Quizá algún día llegue el verano de tu vida
quizá allí te hagas gotita y vueles evaporada al infinito…
quizá vuelvas a nosotros, allí estaremos,
dos amores de tus tiempos,
uno hijo, uno novio…
uno estrella, uno… yo.

Ya siento lejanas tus lágrimas
y oigo las risas de nuestro hijo.



Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
Copyright ©/Todos los derechos reservados



In memorian a mi querido viejo



In memorian
a mi querido viejo
y a los viejos de todos



Sé que tú no merecías
secarte, morir, caerte.

Fuiste tú padre querido
tronco del árbol frondoso
cuyo verde esplendoroso
dio cobijo al tierno nido.

Mas el tiempo ha decidido
que tu otoño se haga eterno,
fuiste ayer leñoso y tierno
eres hoy árbol caído.

Y es que mientras más crecías
más se achicaba tu suerte.

Cada año fue consumido
con el nacer de una rama,
nada esperes del mañana,
ya tu tiempo ha transcurrido.

Mas todo tiene sentido,
nacer, crecer y vivir,
tener hijos y morir,
¡Adiós mi padre querido!

Corta vida que tenías,
larga, tan larga tu muerte.


Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
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