In
memorian
a mi querido viejo
y a los viejos de todos
Sé que tú no
merecías
secarte, morir,
caerte.
Fuiste tú padre
querido
tronco del
árbol frondoso
cuyo verde esplendoroso
dio cobijo al
tierno nido.
Mas el tiempo
ha decidido
que tu otoño se
haga eterno,
fuiste ayer
leñoso y tierno
eres hoy árbol
caído.
Y es que mientras
más crecías
más se achicaba
tu suerte.
Cada año fue
consumido
con el nacer de
una rama,
nada esperes
del mañana,
ya tu tiempo ha
transcurrido.
Mas todo tiene
sentido,
nacer, crecer y
vivir,
tener hijos y
morir,
¡Adiós mi padre
querido!
Corta vida que
tenías,
larga, tan
larga tu muerte.
Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
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Hermosas letras amigo poeta. Es bueno leerte.
ResponderBorrarTu amigo Dositeo.