9/21/2020

La Noche




 A la memoria...
de los inmigrantes del mundo
sin patria, sin esperanzas
y... sin vida​


Anoche volví a tus pasos,
desde mis pensamientos vi avanzar tu soledad,
redescubrí tu brisa en mi pecho,
vi nuevos corazones hambrientos de tierra
bañándose en la majestad de tus miedos,
en los charcos de tus esquinas.

Allí estábamos anoche,
entre la oscuridad de tus destellos,
alguien me pregunta si quiero conocerte
y respondí que te conozco
desde mil novecientos ochenta,
cuando crucé tu puente de serpientes
colgado a la espalda de mi madre
hacia el infinito de la huida
intentando salvar lo que quedaba
de nuestros seres, de nuestras vidas.

Ese fue el legado de mi madre:
“La huida en la noche”,
hacer conocerte 
en tu miserable oscuridad ,
con el miedo de los que huyen,
ese fue el legado,
ese fue nuestro triste encuentro.

Logramos cruzar el puente
pero no logramos salvar nuestras vidas,
ellas quedaron en tus tinieblas,
se hicieron esclavas de tus senderos,
de tus humos y tus cenizas,
¡No logramos salvar nuestras vidas!

Te recuerdo madre, desde mis pensamientos
tu fuerza de tigresa herida,
con tu hijo a cuestas escapando de la noche
y hundiéndote con él en sus sombras 
sin esperanzas, sin remedio.

¡Maldita noche!
Alguien me pregunta si quiero conocerte
y respondí que no, que ya te conozco,
desde mil novecientos ochenta.



Autor: Manuel Bastidas Mora/Venezuela
Copyright/Todos los derechos reservados



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