Tan solo al paso de un
día
unimos nuestros
destinos,
entre musicales trinos,
entre besos y alegría.
Pero que infausto sería
que el tiempo raudo y
mezquino,
bordó en tu velo divino
perlas negras de agonía.
Muerte cruel que me
dolía,
rotas las copas de vino,
tus ojos, ayer fueguinos
se apagaron este día.
Hoy cubierta en blanco
lino,
te canto el Avemaría.
Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
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