Sargentillo que interrupto y mal hablado
tragoneas el entusiasmo de un recluta,
en tu afán de no largar grial ni batuta,
ser gañán lo consideras gran pecado,
y le espetas con tronar mal humorado
que abolengo se requiere en el cuartel
(como el tuyo) o mejor como el de aquel,
que comanda los retretes del sollado.
Ante tal apreciación trina el soldado:
¿le parece sargentillo que un Barzón
barra el piso de su guarra habitación
y le limpie de boñiga su excusado?
¡Va y le dice al General que aquí ha llegado
Justo Eduardo del Barzón y del Merey,
El eximio, tu señor, primo del Rey,
General de Generales es mi grado!
¡Sargentillo! yo le asigno sin enfado
la jineta de "Boñiga Principal"
y no largue su batuta ni su grial
mientras lame mis polainas con agrado.
Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
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