10/10/2016

Al norte de mi agonía





Entre hilachos y vinagre
nuestra alcoba fue zurcida,
mientras del verde aceituno
manaba aceite de vida,
en cobijas pasionarias
fuimos cultivando espinas,
hasta ver rosales muertos
en nuestras propias heridas,
perecieron las verdades
e impusimos mil mentiras.

No tratemos de inculparnos
ni buscar otras salidas,
si el corazón no perdona,
el alma jamás olvida,
no digo que fue tu culpa,
no digas que fue la mía,
mejor me das con tu adiós
un beso de despedida,
que de caminos del alma
queda mucho todavía.

Quizá si nos encontremos
entre estaciones un día,
diré adiós tras la ventana
del tren en que partiría
yo hacia el sur de tu recuerdo,
tú al norte de mi agonía.
                                                                                                                                                         
Autor: Manuel Bastidas Mora /Venezuela
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